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El origen en 1590: “En Ica tienen los indios sus viñas…Sacan el vino para Lima, Quito y México”

Investigación Ítalo Sifuentes Alemán

“Las viñas que de España se han traído, ha sido cosa maravillosa, lo que han multiplicado en los lugares de la costa donde se han puesto. Muchos indios han hecho viñas y, vino que les ha costado las vidas… Es de suerte la abundancia de vino que se coge en el Perú, que se provee todo sin mengua ninguna, y se lleva a Nueva España, y, ya el de Castilla, que se solía traer, es superfluo”, informó el mercedario Martín de Murúa (Guipúzcoa, 1525 – Madrid, 1618), autor de la obra Historia general del Perú, terminada de escribir en 1590. Sus manuscritos contienen una diversidad de ilustraciones a color que representan la vida política, religiosa, económica y cultural del Perú precolombino. En este caso, se comparte el dibujo referido a la vida agrícola, así como los informes que escribió evidenciando los orígenes de la vinicultura en el Perú:

  1. “Hay en esta costa muchas ciudades y, villas de españoles, y hubo, cuando los Yncas la enseñorearon, infinitos cuentos de indios y millares de pueblos por ella, que todos ellos se podían decir un vergel espaciosísimo, por estar fundados cerca de los ríos y entre árboles frutales y, otros infructíferos, debajo de cuyas sombras hacían sus casas y vivían los indios. Siémbranse por todos estos llanos mucha cantidad de algodonares, de que principalmente se visten los indios. Hay infinitos árboles de guayabos y pacaes y lúcumas; y, todas las diferencias de frutas, que de España se han traído y trasplantado a este reino, se dan abundantísimamente por todos los llanos, y las flores de Castilla suaves y olorosas. El principal sustento de los indios en llanos y sierra es el maíz, y en los llanos los camotes y, maní y fríjoles, aunque también se da en la sierra, en valles calientes. Las viñas que de España se han traído, ha sido cosa maravillosa, lo que han multiplicado en los lugares de la costa donde se han puesto. Muchos indios han hecho viñas y, vino que les ha costado las vidas, por beberlos sin moderación y antes que llegue a tiempo en mosto hirviendo. Es de suerte la abundancia de vino que se coge en el Perú, que se provee todo sin mengua ninguna, y se lleva a Nueva España, y, ya el de Castilla, que se solía traer, es superfluo. Los olivares a sido cosa de bendición lo que han multiplicado, y en cuanto número den el fruto, de que ya en muchas partes se hace aceite, harto mejor y más sano que el que se trae de España, que por el largo viaje y tiempo, cuando al Perú llega, ya rancioso, y por eso de menos valor. El trigo, que fue lo primero que de España se trajo, se siembra en todos los llanos con tanto aumento, que acontece de una hanega darse ciento. En algunos lugares se han plantado cañaverales, que es sin cuento el azúcar y miel que se saca de ellos, para proveer todo el reino”.
  2. “Adelante, corriendo la costa, está Lunahuaná, pueblo de indios que antiguamente fueron riquísimos, y hoy su iglesia está muy adornada de ornamentos, y hay un cáliz de oro fino, que no le tiene ninguna de españoles ni de indios en el Reino. Luego está Chincha, donde hay, convento de religiosos predicadores, con su puerto, y tras ello el puerto de Pisco, que está de Lima treinta y cinco leguas, donde hay muchas viñas y se va por momentos poblando porque, como es puerto de mar y todo el vino que de Yca se trae se embarca allí, no hay año que no salgan dél más de sesenta o setenta navíos cargados de vino para los Reyes, y, así hay en él mucha contratación y gente. Tiene un convento de religiosos descalzos franciscos”.
  3. “En este valle de Yca tienen los indios sus viñas, de donde cogen mucho vino, de que les sucede, las más veces, la muerte, por beberlo con desorden, y sin que esté en perfección de vino, sino a medio cocer, de que les resultan flujos de vientre y otras enfermedades que los acaban y consumen.
  4. “Doce leguas la tierra adentro, está la villa de Valverde, en el valle de Yca. Este nombre, dicen los indios se lo dio el famoso Tupa Ynga Yupanqui en esta manera: que volviendo de Pachacamac de hacer ciertos sacrificios, paró en él y habló con un indio hechicero, natural del valle, y le mandó fuese a Pachacamac a asistir en los sacrificios, y el hechicero le dijo al Ynga que le diese unas señas, como acá usamos, para el Pontífice que tenía a su cargo el templo, para que viese y le constase que por su mandado iba a la asistencia y servicio de la huaca. Entonces Tupa Ynga le respondió: «y, ca», que quiere decir: sí, toma; y le dio un champi o porra suya, y por esta memoria se le quedó al valle el nombre de Yca, y los españoles, por la verdura ordinaria que hay en él, le llamaron Valverde. Está puesto en un arenal ardentísimo rodeado por todas partes de unos árboles que llaman huarangos y nosotros algarrobales y, aunque a mediodía el sol abrasa, con todo eso traen un refrán los dél que dicen que tiene buenas mañanas, buenas tardes, buen vino, buena agua, porque es regalada y delgada, buenas uvas y buenos higos, y en todo refieren la verdad”.
  5. Cojeránse en el valle y sus contornos más de doscientas mil arrobas de vino, y ésa es su contratación y, por ello, les entra cada año mucho dinero de fuera, porque se saca para la Ciudad de los Reyes, y de allí para Quito, para México, para los valles de Trujillo, y por la sierra para Guamanga, Huancavélica, Choclococha y el Cuzco. Has, hombres muy ricos en haciendas, y es pueblo muy regalado de frutas, y especialmente los melones son en él de disforme grandeza y lindo sabor y gusto. El vino para Lima se saca en recuas hasta el puerto de Pisco, que por aquellos arenales no cesan de ir y venir”.

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