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Periodistas que dejaron el celular (máquina de escribir) para defender el Perú en 1881

Mariano Arredondo Lugo y Carlos Germán Amézaga Llanos figuran en la letra chiquita de los libros de historia que narran las batallas de Miraflores y San Juan

Por Ítalo Sifuentes Alemán

Con el valor patriótico que el Perú necesitaba de sus hijos, periodistas de diversos impresos y lugares de nacimiento no dudaron en cambiar sus máquinas de escribir (actualmente, serían sus celulares) por las armas para defender la integridad del país contra la invasión de Chile. Dos de ellos fueron Mariano Arredondo Lugo y Carlos Germán Amézaga Llanos. El primero nació en Cerro de Pasco en 1855, y el segundo en Lima, el 26 de setiembre de 1862. Sus heroicas participaciones, desde las trincheras, figuran en la letra chiquita de los libros de historia que narran las batallas de Miraflores y San Juan.

Mariano Arredondo Lugo, en enero de 1881, entregó la vida en la batalla de San Juan. Trabajaba en La Opinión Nacional. Tenía 26 años, había llegado a Lima a estudiar. Empezó su carrera como tipografista, ascendió a redactor y a corresponsal de guerra, una responsabilidad periodística en la que la vida, durante el conflicto bélico, se pone en juego.

Tras su muerte, La Opinión Nacional, dirigido por Andrés Avelino Aramburú, escribió respecto a él: “Honrando al Cuerpo Periodístico Nacional, peleó como el primero y murió como un héroe. Su desaparición acredita su valor, su recuerdo acredita su importancia”.

Carlos Germán Amézaga Llanos fue uno de los héroes que logró sobrevivir a la batalla de Miraflores, en enero de 1881. Tenía 18 años de edad y trabajaba en La Patria, periódico fundado en 1871 y dirigido por Pedro del Solar.

Tras sobreponerse al trauma de la guerra, entre 1888 y 1889 Carlos Germán Amézaga publicó sus artículos y poesía en El Perú Ilustrado. Su obra fue reconocida por Ricardo Palma y Manuel Gonzales Prada. Colaboró con sus escritos literarios en publicaciones de Argentina y México. Murió a los 44 años.

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