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Comitiva del Papa visitó el pagano Trono del inca de Sacsayhuamán en 1921

Monseñor Carlos Pietropaoli llegó del Vaticano a Perú y, en 1921, estuvo en Cusco participando en el Congreso Interdiocesano de Acción Social. Fue recibido por monseñor Pedro Pascual Farfán de los Godos, obispo de la diócesis de Cusco. Junto a otras autoridades, recorrieron la ciudadela de los antiguos peruanos

Por Ítalo Sifuentes Alemán

Sacsayhuamán es una ciudadela construida con más de cinco mil piedras, varias tan colosales que pesan 100 toneladas y tienen más de cuatro metros de altura. En una de sus calles, encima de algunos de sus túneles, está el llamado Trono del Inca, cuya construcción data del siglo XV, es decir durante el gobierno de Pachacútec, uno de los más poderosos monarcas incas, gobernante del extenso territorio de Perú, varios de los cuales pasaron a formar parte de Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina.

Diez años después que Hiram Bingham descubrió científicamente Machu Picchu para el mundo, Cusco siguió siendo visitado por diversas personalidades, muchos de los cuales atravesaron  medio planeta solo para conocer la capital del imperio incaico y sus sitios arqueológicos, el mismo que, desde el siglo XVI, era comparado con el que había sido el imperio romano, tanto por su similitud en la administración estatal, como por la proeza que significó la construcción de su extensa red de caminos para, en el caso peruano, comunicar el Tahuantinsuyo (caminos que formaban parte del qhapac ñam, que los conquistadores españoles bautizaron y utilizaron durante el virreinato con el nombre Caminos reales).

Una de las ilustres personalidades que en 1921 visitó Cusco fue monseñor Carlos Pietropaoli, embajador del Vaticano en Perú, quien viajó desde Lima acompañado por el secretario de dicha embajada en Perú, monseñor Giovanni Panico. Dichos religiosos habían sido designados por el Papa Benedicto XV para participar en las celebraciones del centenario de la independencia peruana, y durante su estadía recorrieron diversos antiguos lugares, entre ellos el considerado pagano Trono del Inca. Gobernaba el país, el presidente Augusto B. Leguía. En julio de 1921, se realizó en Cusco el Congreso Interdiocesano de Acción Social.

Ambos visitantes fueron recibidos en la otrora capital incaica por monseñor Pedro Pascual Farfán de los Godos, obispo de la diócesis de Cusco. Juntos, los tres, realizaron varios recorridos por los sitios arqueológicos cusqueños. Los miembros locales del clero, así como las autoridades civiles y militares, realizaron una gran recepción a los visitantes enviados por el Papa.

De esa visita, existen varias fotografías difundidas tanto por la embajada del Vaticano como por las autoridades peruanas. Los religiosos católicos no pudieron evitar la tentación de tomarse diversas fotos en lugares considerados paganos, como el llamado Trono del inca, lugar en el que, unos 400 años antes, había estado sentado el inca Pachacútec y, posteriormente, sus sucesores pertenecientes a diversas dinastías que en común tenían adorar al Sol y otros dioses, así como realizar diversos sacrificios, ello hasta que los españoles conquistaron Perú en 1532. Los católicos llamaban al Trono del inca el Trono del Diablo, por lo que lo visitaban con la finalidad de “exocizarlo”.

Existen fotos de monseñor Carlos Pietropaoli sentado en el llamado Trono del inca; a su derecha, figura monseñor Farfán y, a su izquierda, monseñor Giovanni Panico, secretario de la embajada del Vaticano en el Perú.  

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