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1822: José Faustino Sánchez Carrión y el primer edicto en quechua por la inclusión social del Perú republicano

Custodiado en el Museo Mitre, en Buenos Aires, el bando fue firmado el 10 de octubre de 1822 por los diputados José Sánchez Carrión, Javier de Luna Pizarro y Francisco Javier Mariátegui. En este dice: “Nobles hijos del sol, amados hermanos, a vosotros virtuosos indios, os dirigimos la palabra, y no os asombre que os llamemos hermanos: los somos en verdad, descendemos de unos mismos padres, formamos una sola familia”. Acá se comparte la transcripción completa:   

Por Ítalo Sifuentes Alemán

            La evidencia escrita más remota por la inclusión social en tiempos republicanos, es un bando que emitió el “Primer Congreso Constituyente del Perú”, instalado el 20 de setiembre de 1822. Es un bando en quechua fechado en Lima, el 10 de octubre de ese año, y está firmado por los diputados José Sánchez Carrión, Javier de Luna Pizarro y Francisco Javier Mariátegui.

         En el bando se informó que los quechua hablantes de Cusco, Arequipa, Trujillo, Puno, Huamanga, Huancavelica y Lima también se encontraban representados en dicho Congreso, cuyos diputados ofrecieron dictar “leyes que han de gobernarnos, muy distantes de las que nos dictaron los injustos reyes de España. Vosotros indios, sois el primero objeto de nuestros cuidados. Nos acordamos de lo que habéis padecido, y trabajamos por haceros felices en el día. Vais a ser nobles, instruidos, propietarios, y representaréis entre los hombres todo lo que es debido a vuestras virtudes”.

En este documento, los congresistas señalaron que “el Ejército Libertador que os entregará esta carta, lo enviamos con el designio de destrozar la última argolla de la cadena que os oprime”. En otro, aseguraron: “Este Congreso tiene la misma y aún mayor soberanía que la de nuestros amados Incas”.

Líneas más adelante, indicaron: “Nobles hijos del sol, amados hermanos, a vosotros virtuosos indios, os dirigimos la palabra, y no os asombre que os llamemos hermanos: los somos en verdad, descendemos de unos mismos padres, formamos una sola familia”. En dicho bando, cuyo impreso se encuentra custodiado en el “Museo Mitre”, en Buenos Aires, los diputados aparecen pidiendo: “Aguardad también nuestras frecuentes cartas, nuestras determinaciones, y nuestra Constitución. Todo os irá en vuestro idioma quechua, que nos enseñaron nuestros padres, y mamasteis a los pechos de vuestras tiernas madres”, a la vez que, para celebrar la libertad conseguida luego de trescientos años de colonialismo español, los invocan a cantar y bailar porque “ya somos nuestros; ya somos libres; ya somos felices”.

A continuación, se comparte acá la traducción completa del bando impreso en quechua con fecha 10 de octubre de 1822:

“Nobles hijos del sol, amados hermanos, a vosotros virtuosos indios, os dirigimos la palabra, y no os asombre que os llamemos hermanos: los somos en verdad, descendemos de unos mismos padres, formamos una sola familia, y con el suelo que nos pertenece, hemos recuperado también nuestra dignidad y nuestros derechos. Hemos pasado más de trescientos años de esclavitud en la humillación más degradante, y nuestro sufrimiento movió al fin a nuestro Dios a que nos mirase con ojos de misericordia. Él nos inspiró el sentimiento de libertad, y él mismo nos ha dado fuerza para arrollar a los injustos usurpadores que, sobre quitarnos nuestra plata y nuestro oro, se posesionaron de nuestros pueblos, os impusieron tributos, nos recargaron de pensiones, y nos vendían nuestro pan y nuestra agua. Ya rompimos los grillos, y este prodigio es el resultado de vuestras lágrimas y de nuestros esfuerzos. ‘El Ejército Libertador’ que os entregará esta carta, lo enviamos con el designio de destrozar la última argolla de la cadena que os oprime. Marcha a salvaros y protegeros. Él os dirá y hará entender que están constituidos; que hemos formado todos los hijos 374 | Historias ocultas de Lima, Cusco, Arequipa, Trujillo, Puno, Huamanga, Huancavelica, un ‘Congreso’ de los más honrados y sabios vecinos de esas mismas provincias. Este Congreso tiene la misma y aún mayor soberanía que la de nuestros amados Incas. Él, a nombre de todos los pueblos, y de vosotros mismos, va a dictar leyes que han de gobernarnos, muy distantes de las que nos dictaron los injustos reyes de España. Vosotros indios, sois el primero objeto de nuestros cuidados. Nos acordamos de lo que habéis padecido, y trabajamos por haceros felices en el día. Vais a ser nobles, instruidos, propietarios, y representaréis entre los hombres todo lo que es debido a vuestras virtudes. Esperad muy breve el cumplimiento exacto de estas promesas, que no son seguramente como los falsos ofrecimientos del gobierno español. Aguardad también nuestras frecuentes cartas, nuestras determinaciones, y nuestra Constitución. Todo os irá en vuestro idioma quechua, que nos enseñaron nuestros padres, y mamasteis a los pechos de vuestras tiernas madres. ¡Hermanos! El día que recibáis esta carta veréis a vuestro padre el sol amanecer más alegre sobre la cumbre de vuestros volcanes de Arequipa, Chachani, Picchupicchu, Coropuna, Sulimana, Sarasara, Vilcanota, Ilimani. Abrasad entonces a vuestros hijos, halagad a vuestras esposas, derramad flores sobre las hueseras de vuestros padres, y entonad al son de vuestro tambor y vuestra flauta dulce yaravíes, y bailad alegres cachuas diciendo a gritos: ya somos nuestros; ya somos libres; ya somos felices. En la ciudad de Lima, 10 de octubre de 1822. Javier de Luna Pizarro, presidente; José Sánchez Carrión, diputado secretario; Francisco Javier Mariátegui”.

Nota: Este artículo forma parte del libro de investigación Historias ocultas, de Ítalo Sifuentes Alemán, obra ganadora en la Feria del Libro de Lima.

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